Trabajando en colaboración con las comunidades indígenas

By Maria Ana Rubinstein

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En las últimas décadas, gobiernos y empresas mineras de todo el mundo se han comprometido a encontrar una mejor manera de trabajar en colaboración con las comunidades indígenas en cuyas tierras tradicionales suelen operar.

La base de esa mejor manera es la comunicación. Ausenco trabaja en colaboración con las comunidades indígenas de Argentina para desarrollar un protocolo de comunicación abierta, transparente y respetuosa entre las empresas mineras y los pueblos en cuyas tierras tradicionales operan.

Siguiendo el liderazgo mundial

En 1989, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó el Convenio 169, que reconocía las aspiraciones de los pueblos indígenas y tribales a controlar sus propias instituciones y modo de vida. Cuando el gobierno argentino ratificó el Convenio 169 de la OIT en julio de 2000, las comunidades indígenas próximas a cualquier proyecto futuro debían ser informadas y consultadas.

En 2021, Posco SAU se puso en contacto con nosotros para que le ayudáramos en lo que en aquel momento era el primer proceso de consulta previa, libre e informada que se realizaba en Salta desde la ratificación de la OIT 169 en la legislación argentina. El trabajo se llevó a cabo en el nuevo proyecto de carbonato de litio de Posco, que comparte territorio con la comunidad indígena de Estación Salar de Pocitos, situada en la provincia de Salta, en el norte de Argentina. Este año, Posco nos confió el proceso de consulta en torno a la ampliación del yacimiento de Posco aguas arriba.

Nuestra socióloga científica y líder social María Ana Rubinstein acompañó a Posco en sus consultas, basándose en sus décadas de experiencia en antropología para crear un protocolo de comunicación abierta y honesta entre los miembros de la comunidad y el propietario.

"Antes de que se desarrolle un proyecto en un territorio determinado", dice Rubinstein, "las naciones indígenas tienen derecho a saber qué va a pasar y cómo les va a afectar".

Aunque el proceso de consulta no es vinculante con arreglo a la legislación vigente, una comunicación respetuosa y transparente contribuye en gran medida a fomentar el entendimiento intercultural -así como a proteger a las empresas de posibles conflictos futuros- mediante un riguroso proceso de dialogo y documentación.

Un enfoque intercultural

El protocolo se centra en la comprensión intercultural, teniendo en cuenta la multiplicidad y complejidad de los factores que interfieren en cualquier encuentro intercultural.

La idea rectora es considerar todas las voces intervinientes, de modo que se garantice la consideración de las preocupaciones y percepciones de las comunidades, teniendo en cuenta su cosmovisión y cultura.

Para el proceso es fundamental un meticuloso método de toma de notas que Rubinstein denomina "actas etnográficas". Se trata de un sistema para registrar específicamente lo que dicen las comunidades participantes y responder cuidadosamente a esas preocupaciones exactas.

"Intentas centrarte tanto en las palabras como en la forma de expresar las ideas", dice Rubinstein. "Documentamos exactamente la forma en que los participantes han expresado sus comentarios, respetuosos con sus formas, con su época y con su cultura".

Permite integrar el trabajo respetuoso con las comunidades y el detalle con los procesos documentales. Su objetivo es tomar la voz de los sujetos de manera respetuosa. generando mecanismos interculturales que estén alineados con los criterios ESG. Pensando más allá de lo inmediato, trabajando para desarrollar relaciones sostenibles a medio y largo plazo.

Desde un punto de vista empresarial, estas consultas también son importantes para proteger a las empresas de desacuerdos que puedan surgir en el futuro, demostrando que se celebraron debates abiertos y transparentes antes de iniciar cualquier trabajo en la zona.

La documentación es fundamental. Las reuniones se graban en vídeo y posteriormente se distribuyen copias de las actas a todos los asistentes.

Relaciones que prosperan

Rubinstein cree que las empresas tienen que ver el proceso como algo continuo, no como una simple consulta que se puede completar y luego dejar atrás. "La licencia social no es una fotografía", explica. "No es estática, es dinámica. Es algo en lo que hay que seguir trabajando, desde la fase de exploración hasta la de cierre".

Rubinstein está viendo los resultados del trabajo de las empresas para establecer relaciones más positivas con las comunidades. Cuando las empresas y las autoridades tenían poca experiencia en trabajar de forma constructiva con las naciones indígenas, las partes implicadas ya están observando mejoras en sus conversaciones y en el proceso.

"Hace años, los aspectos sociales de un proyecto no eran el centro de atención de las empresas", admite Rubinstein. "Pero eso está cambiando claramente. Se han dado cuenta de que invirtiendo en relaciones sociales y colaborando con las comunidades es como se evitan los conflictos y se obtiene la licencia social para operar."

El enfoque etnográfico adoptado en la consulta con la comunidad de Estación Salar de Pocitos ha dado resultados alentadores, ya que se han necesitado menos reuniones para debatir la propuesta de ampliación del proyecto.

Ausenco se propone trabajar desde la perspectiva del intercambio de conocimientos, promoviendo un intercambio horizontal y permanente de saberes con las comunidades con las que se relaciona, esta es la única manera de construir relaciones enriquecedoras y sostenibles con las comunidades que ancestralmente habitan las tierras donde operamos.

Mejores relaciones a partir de encontrar una mejor manera.

Si deseas más información sobre cómo podemos ayudarte, ponte en contacto con María Ana Rubinstein.